sábado, 4 de noviembre de 2017

EDP Bilbao Night Marathon 2017

Sábado 21 de octubre de 2017


A veces el azar se presenta ante nosotros y hace temblar nuestras piernas al tiempo que se acelera el corazón, la cabeza comienza a volar y la boca dibuja una mueca de sonrisa…

Y no lo dudé, de frente a Bilbao. Al maratón…

Así fue como gracias al sorteo de dorsales de la compañía eléctrica EDP, patrocinadora de la carrera, me hizo preparar en poco más de un mes el maratón de Bilbao. No quiero parecer un inconsciente ni que se tome como frivolidad enfrentarse a 42,195 kms., pero me veía capaz, sobrante de ganas de disfrutar y con objetivos claros; acabar, olvidarse del tiempo y correr por pulsaciones para llegar al final en, más o menos, perfecto estado. Además quería consolidar el conocimiento de la distancia del maratón con el que me reencontré en La Coruña éste mismo año.
Es curioso, pero acabo de hacer “clic” en el PLAY y suena Vetusta Morla. La misma música que escuchaba en la habitación del hotel antes de calzarme las zapatillas y ponerme a correr. Recuerdo ahora también a “mi equipo” en la misma habitación de un hotel de Bilbao durmiendo plácidamente mientras los nervios recorrían cada milímetro de cada vena de mis piernas. Pero al verlos… qué emoción… Allí estábamos los tres y nos íbamos a enfrentar al maratón. Mis piernas lo correrían y ellos lo cargaban en sus espaldas… Emocionante!!!
 
En el estadio de San Mamés nos agolpábamos alrededor de 11.000 personas para correr 10, 21 0 42 kms. según cada una. Llegaron las 8:20 horas del sábado, la noche se hizo y el espectáculo empezó. La salida multitudinaria y en mi caso elegí salir tranquilo con la liebre de 4 horas. En el transcurrir de los kms. ya iría evaluando sensaciones.
El circuito es bonito porque, salvo una parte, es céntrico y a pesar de ser nocturno hay mucha gente animando. Los primeros 10 kms. son un poco locura, demasiada gente corriendo. Es muy importante ir concentrado para no pasarse de pulsaciones. Ese era mi máxima en ésta carrera. No pasar de la zona aeróbica para llegar con relativas garantías al final.
Como es normal, en los primeros kms. las piernas van ágiles. Hace días que me pedían correr y ahora era su momento. Voy comiendo los metros entre cientos de corredores un poco por delante de la liebre de las cuatro horas y controlando las pulsaciones, siempre entre 146 más o menos. Igual podía ir más rápido como en los entrenos, pero ahora estaba en carrera, y los nervios y con los escasos entrenamientos iba a gestionar lo que tenía.

Llega el km. 9 y la carrera se bifurca, quedamos ahora corriendo los de la media maratón y el maratón. Se abren los espacios y el ritmo aunque sigue siendo constante, parece que se ha estabilizado un escalón más. La concentración aumenta. Vamos ahora sobre el km. 13 y estamos en el centro de Bilbao dirección a la parte vieja y la gente no para de animar. Volvemos a correr al lado de la ría del Nervión por una larga recta que iba a ser decisiva en la última parte de la carrera (lo sabía) y llega el km. 17. Me veo bien y sigo con mi ritmo. En pocos kms. llegamos a la media maratón. Ahora sí, me digo, ahora empieza la carrera. Nos quedamos solos los del maratón, y para mí es un momento importante. Es como un muro particular donde te ves en terreno de nadie, ni para un lado ni para otro… No sé medir muy bien las fuerzas y los nervios me bloquean un poco las piernas. Llevo 2 horas de carrera y en ese momento me adelanta un pequeño grupo de corredores. Intento ir con ellos a ver cómo me veo, más que nada porque hasta ahora he estado solo con mis ritmos, muy concentrado pero solo, y eso va pesando…

Miro las pulsaciones y aumentan un poco. Sigo apenas un km. con ese grupo y decido ir a lo mío. Si en 22 km. he ido bien, mi forma de correr y entrenar es así, seguiré corriendo así. Me quedo solo y sigo con mi ritmo y mis dudas. A medida que avanzo, me voy sintiendo más seguro con el ritmo y las piernas se adaptan de nuevo bien al ritmo. Llega el km. 25 y cruzamos la ría dirección a Deusto. Una zona difícil, más solitaria y de largas rectas. Voy concentrado y después de 4 kilómetros llega el avituallamiento, veo el puente Deusto para cruzar la ría de nuevo y llegar a la última parte de la carrera. Bien Carlinos !!! Estás ahí…
Paso el km. 30 y sigo con el ritmo pero ya un poco más lento. Las pulsaciones iguales. El cansancio ya está haciendo mella… De nuevo el centro y la parte vieja de la ciudad… Y la recta de la zona al lado de la ría que antes había identificado como decisiva. Era el km. 34 y ya había tomado 3 geles y unas sales para evitar calambres. No quiero parar, pero las piernas lo piden. Ay Carlinos, ahora toca sufrir…
Sigo despacio sin parar, el correr es lento y cansado y en el km. 36 tengo que caminar un poco. Bueno no pasa nada, me digo, tomo aliento y empiezo de nuevo. En el km. 37 un avituallamiento para beber algo de agua que no me entra. Escupo y decido… Hasta el final

Los últimos 5 kms. son de una fuerza terrible, la cabeza centrada en el final, las piernas iban y la mirada centrada en el infinito de la oscuridad. Veo el km. 39 y me voy emocionando. Sigo con una medio sonrisa de dolor y felicidad hasta encarar el último km. y medio que lleva a meta. A falta de unos metros, paro a caminar para coger aliento. Estaba seguro que me iban a estar esperando en la meta y quería llegar bien, casi completo…

Así lo hago, entrando en meta después de 4:18 min. de carrera, fuerza y concentración marcada por unos entrenamientos de un plan a medias. Pero así decidí venir a correr y a pesar de ser el peor tiempo en maratón, es una gran victoria para mí. Sigo aprendiendo a conocer la distancia de los 42.195 metros y he gestionado bien el escaso mes y medio de entrenos insuficientes para ésta carrera. Pero el tesón, las ganas y el placer de estar aquí pudo con todo ello. Y llegar a meta y ver a “mi equipo”… Emocionante.


Y me acuerdo de los amig@s y compañer@s de carreras con sus ánimos y preocupaciones…
No tengo más palabras…
...A seguir corriendo...
Vamoooooooos !!!

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