miércoles, 4 de mayo de 2022

Trail Valle del Samuño 2022. Cuando la niebla te permite ver...

Domingo, 01 de Mayo de 2022

 

En el año 2018, entraba en meta con una reverencia, como muestra de respeto y reconocimiento a una organización de carrera que se sacó de la manga un CARRERÓN.

Éste año 2022, entraba en meta tirando al aire la cinta que llevaba en la cabeza a modo de “graduado”, como muestra de alegría desatada por disfrutar de la carrera después de 22 km., un Repechín, un picu Espines (1.006 m.), un picu Cogollu (1.017 m.), una Cresta de los Fugaos, un picu Rondiz (740 m.), 3.000 metros de desnivel acumulado, 1 km. de galería bajo tierra y 180 escaleras.

Y antes de entrar en meta, le digo a un “gamberro” de corbata con un micrófono: “Tío, vaya marcaje de carrera espectacular, con la niebla que había y todo perfecto, ESPECTACULAR tío, gracias”. El justo reconocimiento del trabajo y las cosas hechas en la línea de la perfección.

 

3 horas y 56 minutos antes, en la línea de salida, los nervios me recorrían todo el cuerpo, y en la cabeza la única idea de regular esfuerzos. Desde el mes anterior, los entrenos van dirigidos al maratón de asfalto de Laviana del 18 de junio, así que no había pisado mucho monte últimamente.

 

                                                    Foto: Juan Romero Carnica

La salida, la hago a ritmo tranquilo intentando mantener pulsaciones bajas. Los dos primeros kms. son de pista de tierra en ligero sube-baja  al lado del río para ir entrando en calor, y dan paso a una subida constante hasta el primer pico de la carrera. 

                                            Foto: CorreMontes

Vamos corriendo por senderos de tierra y barro acumulado de días anteriores de lluvia. A partir de ahí es todo cuesta arriba, hasta llegar km. 5 donde la subida constante da paso al Repechín, un tramo de mirar para arriba y ver los pies de los que van delate de ti. Duro, duro, pero una vez superado, llegamos al picu Espines, km. 6 de carrera. La niebla se hace espesa, y las marcas son fundamentales.

                                            Foto: Glendor

Un km. más tarde, por un terreno que permite correr, llegamos al pico Cogollu, techo de la carrera y de Langreo con sus 1.017 m. A partir de aquí, empieza la que consideraba parte más difícil de la carrera, con tramos de constantes ascensos y descensos, por senderos de tierra.

Hay que regular Carlinos, me decía. Iba bien de piernas, alternando al compás de los bastones que iba clavando con cada pisada. No me dejaba llevar por las sensaciones, siempre regulando.

Hacía ya algún tiempo que iba solo en carrera. Desde el paso por el primer pico, los que iban delante se fueron, y los de detrás se quedaron, y yo en medio. Pero la espesa niebla tuvo un gran rival, y es que ahí fue donde empezaron a relucir las constantes cintas de colores y los banderines naranjas del marcaje de la organización. Yo creo que cada 5 metros había una.

Y sin darme cuenta, estaba guiándome por ellas, y fue tan fácil que sintiéndome seguro, disfrutaba de la soledad del monte, del esfuerzo, de la fina lluvia horizontal de niebla… y de repente, en una pequeña majada antes de llegar al avituallamiento, aparecen los caballos. Detrás de la cortina de niebla. Unos caballos que ya conocía de la zona, y que suelen estar por ahí, pero la alegría que me dio la “escena” y lo feliz que me sentí, ahí, en medio del monte, entre la niebla y rodeado de caballos de montaña que… Es una de esas cosas que se quedan contigo para siempre.

Así de feliz llego al avituallamiento (km. 9 aprox). Relleno la mochila de agua y como algo de bizcocho y plátano y a seguir. 

El terreno sigue igual. A cada subida le sigue una bajada o un pequeño tramo llano. Intento seguir corriendo suave hasta el control de paso (Mayau Miguel) km. 12 de carrera.

                                                                        Foto: Jesús Fidalgo

Llevo 2 horas y 10 minutos de carrera y ahora toca bajar. Pero ojo que no es bajada a tumba abierta, son 2 km. de descenso en pista ancha de tierra con un tramo llano al final que da paso a otros 2 km. de descenso con alguna que otra pequeña subida que rompe ese ritmo de bajada. Otra vez la dificultad de la carrera está en éstas pequeñas rampas - trampa que castigan las piernas.

De momento las mías van bien y llego al km. 16 y comienza la subida final. De aperitivo la Cresta de los Fugaos, un tramo guapo y exigente, para no olvidar. Ahí noto un quejío en las piernas, como un cantaor flamenco y tengo que regular. Los aductores reclaman algo, quizá descanso pero no se lo voy a dar. Supero ese difícil tramo y llega el avituallamiento. A comer, beber  y pa´rriba. Cuidando no forzar y vigilando los cuádriceps. Y antes de lo esperado, consigo llegar, tras una dura rampa al picu Rondiz y con ello el km. 18. Y empiezo a respirar. Y a bajar creyendo que lo voy a conseguir. Pero antes de terminar la bajada, una nueva subida, y uffff, qué carrera más dura. Estaba claro, lo sabía…

Nueva bajada y llega el km. 20. Descenso a la Jaula, tramo de cuerdas. 

Foto: Iñaki Lombardero

Y por fin... llega la Galería.

Último km. bajo tierra para subir 180 escaleras, donde me tuve que parar porque se me subía todo, cuádriceps, aductores… Creo que estaba acostumbrado al movimiento de la carrera y el cambio de esfuerzo, a subir escaleras me hizo daño. Pero daba igual. Cada vez oía con más fuerza la música de meta, al gamberro del micrófono a los aplausos de la gente… Y veo de nuevo la luz… Y vaya risa me entró… Y soplé de nuevo… Y tiré la cinta por los aires… Y me desmeloné de alegría… Y GRACIAS A LA ORGANIZACIÓN… Qué CARRERÓN, qué marcaje de cintas y banderines durante todo el recorrido, a prueba de niebla, qué desbroces en tramos imposibles…

Aquí, se roza la perfección. Merece la pena prepararse para correr aquí. TRAIL VALLE DEL SAMUÑO. Una carrera con mayúsculas con una organización ESPECTACULAR.

 

Gracias a tod@s por éste regalo de carrera. Y a la chavalería fotógrafa, en cada curva, escondida tras la niebla o detrás de un árbol buscando el mejor enfoque, la mejor foto. También corren.

Así que a seguir disfrutando del esfuerzo, de la desconexión, de la montaña y las carreras.

Nos vemos en ellas.

Vamooooooosssssss!!!!