sábado, 1 de noviembre de 2014

Algo más que "Sanitas Marca Running Series Gijón". 10 km. Gijón

Ya es la segunda carrera (que recuerde) en la que consigo empeorar el tiempo de años anteriores. Relativamente da igual. Cada carrera es distinta, cada año lo es más, incluso cada momento.
Las motivaciones son otras y las sorpresas que se encuentran en cada carrera superan cada instante pasado de un entreno, un día cualquiera.
El año pasado, por éstas fechas y después de ésta misma carrera, empezaba a replantearme objetivos. Ahora, un año después, ocurrió algo parecido.

Esta semana termino con el segundo mes de preparación para el maratón de San Sebastián. Con un objetivo un poco más ambicioso de tiempo, que por ahora, lo tengo en la bodega a la espera del momento adecuado.

Unos días antes, dentro de ésta preparación, tomo la salida en los 10 km. de Gijón. Cómo me alegró ver una vieja amiga que conozco de no hace mucho tiempo (ahí está su calidad). Después de unos besos y abrazos, la carrera parece distinta. El objetivo ya no es tan importante como al principio. Y eso se va grabando en la cabeza.

Me coloco junto a mi amigo Janino en el cajón de los 45 min. y después de pasar por la línea de salida, a zigzaguear, cómo me gusta, aunque en ésta ocasión me preocupaba el tiempo que estaba perdiendo. El primer km. lo hago en unos 5 min., así que hay que ir apretando.


El segundo km. lo hago un poco por debajo pero ya con más espacios para correr tranquilo y a ritmo. Los siguientes km. ya los voy haciendo dentro de las pulsaciones y ritmo previsto, por debajo de 4:30 min/km.
Antes de llegar al final del Piles, noto que el calor aprieta. Mal asunto, eso es que no voy tan fino como pensaba. Pero sigo manteniendo el ritmo. Una ligerísima subida antes de alcanzar el muro hace que baje el ritmo, porque además sabía que los últimos 2-3 km. por la zona del muro van a ser duros. Así fue.


 Esas pequeñísimas reservas que hice en momentos puntuales hicieron que afrontase esos últimos 2 kms. a ritmo constante y manteniéndolo, pero cuando alcanzo el km. 9 y miro el reloj, sé que no voy a bajar de los 45 min.



Al final, cruzo la línea de meta con un tiempo neto de 45:25, a un ritmo de 4:32 min/km. Pienso que los dos primeros kms. influyeron en el tiempo final, pienso que el calor, pienso... ... Que no Carlinos, cada uno está como está y si pensaba ir mejor por algo será.
Estaba entrenando bien (pensaba), pero no lo hacía. Desde el inicio del plan del maratón, entrenaba dentro de unos rangos elevados de pulsaciones para lo que estoy preparando, sin ritmo constante ni armonía entre pulsaciones y ritmo de carrera. Aquí están los resultados.

Después, de vuelta al coche, paseando por el muro, me encuentro con dos amigos. Uno corre y otro no. Son del mundillo de las carreras, y vamos charlando todo el tiempo. Ahí no se entiende de ritmos ni pulsaciones. Antes, había compartido kms. de carrera con Janino y lo habíamos pasado de lujo. Y eso se va grabando en la cabeza...

Sólo me había planteado carreras por objetivos de tiempos en muy contadas ocasiones: en los 21 de Laviana y en la Media Maratón de Llanera, para conseguir estar en el "cajón" del 1:35. En ambas lo conseguí, pero en una de ellas sentí que no estaba disfrutando lo de siempre. Un poco de agobio y demasiados nervios.

 Es la segunda vez que me ocurre. No sé si es por la fecha de carrera, por el recorrido o qué se yo, pero los 10 km. de Gijón son algo más. Hablan y dicen mucho. Eso sí, algún día me vengaré de ellos je, je, je...

Ahora toca seguir entrenando con los pies en la tierra y la cabeza sobre los hombros, sin excesos ni altas pretensiones de tiempos etc.

Un maratón de asfalto es muy grande como para no disfrutarlo al 200 %, así que, con los tiempos de los entrenos como referencia, a hacer lo de siempre: "porque nos gustaaaaaa, y porque nos divierteeeee" (como dice la canción).

La siguiente carrera... Maratón de Donostia...