martes, 9 de noviembre de 2021

 Domingo, 7 de noviembre de 2021

 I Trail El Arcedianu. Amieva


Cuando llego a una carrera, la actitud es un poco “como quien pasa por ahí”, tranquilamente, como que no pasa nada… Por dentro ya van los nervios, las ganas, las ansias de kilómetros…

Ésta vez, llegaba a Sames, al Trail del Arcedianu expectante. El motivo creo que se debe al poco volumen de entrenamientos las dos semanas anteriores, y esto me hizo tener la idea de la competición, apartada en algún hueco de la cabeza. A esto se unía las características de una carrera nueva, por una zona desconocida para mí, con un clima adverso los días previos (lluvia y frío). A lo anterior tenía que sumar los nervios por el estado del terreno. Afortunadamente, el sábado y domingo hizo sol, no había niebla y a pesar del frío, las condiciones para la carrera habían cambiado radicalmente a un aspecto positivo.

El ambiente previo de carrera en un pueblo pequeño, acogedor al cien por cien, con los vecinos involucrados, ayudando en cada corte o desvío , animando, indicando lo que hiciese falta… era magnífico.

Con éste previo, nos preparamos para la salida. Cuenta atrás, música oficial del Trail, 3,2,1… Y a correeeeeer…

 El recorrido de la carrera lo tenía memorizado, perfil y kms., pero no tanto el desnivel, cosa que después me daría cuenta de ello.

Los primeros 9 kms. serían de Trail. Por sendero de tierra con algo de barro los primeros metros para pasar luego al asfalto, atravesando los pueblos vecinos hasta el km. 3 aprox., y tomar una pista de tierra después. Todo ello siempre en terreno ascendente. En esta primera parte de carrera, salvaríamos un desnivel positivo de unos 500 m.

Antes del primer avituallamiento (km. 5) tenía sensaciones un poco extrañas. Hacía mucho frío e intentaba mantener las pulsaciones, porque me veía un poco acelerado. En el km. 2 empiezo a notar que el cuerpo no se acostumbra al correr, algún pinchazo en la parte trasera de la pierna, en el cuádriceps de la otra pierna no sé que le pasa… Total, que me intento tranquilizar, ya que estamos al principio de la carrera, y si me pasa esto ahora no sé como llegaré, y si llegaré. En fin…

Así que me tranquilizo y me digo que ésto, son los síntomas del cuerpo que se está acostumbrando al ritmo, a la temperatura y a la carrera. Entonces bajo un poco el ritmo, voy llegando a la calma y noto cómo el cuerpo se va aclimatando al esfuerzo y a las condiciones.

Llegamos al km. 9 de carrera. Se acaba la pista de tierra. Avituallamiento sólido y líquido. Comer galletas y plátano, coger unas gominolas, girar a la izquierda y a subir. Aquí ya se acaba el terreno Trail y empieza la montaña, pura y dura.

Tenemos por delante algo menos de 1 km. para salvar un desnivel de unos 300 m. positivos. Esto se traduce en que el inicio de la subida la hago a ritmo y en grupo. Cuando miro hacia arriba, veo a la gente que me precede encima de mí, literal. Miro para abajo y detrás de mí no había nadie, debajo sí. Con esto uno se da cuenta del desnivel al que nos estábamos enfrentando. Parecía que subíamos por una escalera vertical. Echo otro vistazo hacia arriba para ver una hilera de puntos pequeños, casi encima de mí, que intuía a ver casi el final de la primera subida. 

Por todo ello, decido, no mirar ni arriba ni abajo, sino centrarme en el terreno que vamos pisando, e intentar llegar poco a poco a la cumbre en las mejores condiciones (pensando en el resto de carrera).

Una vez arriba… Uaaaaaaa, qué gozada. Es el primer pico de la sierra que vamos a “crestear” , y es la que abriga al pueblo de Sames por su parte izquierda. El terreno ya es de monte de roca, hierba y tierra. Por delante nos quedan unos 4 kms. de “cresteo”, bordeando el Parque Natural, en el que, estaba seguro iba a disfrutar.

Un poco de bajada y llega la subida al segundo pico, con buenas sensaciones. Seguimos siempre en terreno técnico de sube y baja parando de vez en cuando a mirar alrededor. La ocasión y situación lo merecía. Verte ahí arriba, con el día despejado, rodeado de montañas y aire, con los nevados picos de Europa vigilando cara a cara, es algo que se alcanza con esfuerzo y se disfruta sin final…


Llevaba un tiempo bajando y estaba cerca del km. 14, con lo que iba ya pensando en la bajada final cuando, de repente, aparece un pico, que iba a ser el más alto de carrera (1.200 m. aprox). Al parecer teníamos que subir aún hasta allí arriba. No puede ser (pienso…). Miro otra vez y… no, no, no puede ser… miro otra vez más y… por hacer el pijo casi me tuerzo un tobillo, así que no voy a mirar más porque prefiero más no mirar. Me planto en la base de la subida y veo la hilera multicolor de la gente subiendo... Mecagonsumadre qué jodido… Subida de unos 700 m. para un desnivel positivo de 200 m. (otra pared, buffffff.)

De piernas iba bien, me encontraba bien, pero empecé (otra vez) a plantearme el uso de bastones para este tipo de carreras. Hasta ahora nunca los he utilizado. Prefiero sentir la dureza en las piernas, el esfuerzo, pero… una ayuda, pues no viene mal.

Empiezo a subir poco a poco, miro el reloj, y con la idea inicial de llegar al km. 15 en unas 3 horas, me quedaban para subir unos 45 min. aprox. Empiezo a ver gente parada con piernas cargadas, alguno con un palo de ayuda (lo que demuestra la dureza ya acumulada hasta ahora), pero continúo subiendo y consigo coronar y… Ojeada alrededor, más picos de Europa nevados, a la izquierda otra sierra que deja atrás la zona de Cangas de Onís-Covadonga, otro fotógrafo aquí arriba (está claro que también corren).

Nos dicen que cuidado con la bajada, que resbala algo. Total, que resbalar no resbalaba mucho, si no que lo que había era un desnivel negativo de la hostia. Una pendiente como pocas veces me había enfrentado. Miraba hacia abajo y veían las casas como puntos sobre “i”. Daba algo de vértigo estar en una bajada, muy técnica, con piedra, roca y mucha hierba que facilitaba el agarre, ya que con suerte la lluvia los días previos había desaparecido. Si no, esto habría sido otra historia, más fea…

Bajo muy despacio, concentrado y con mucho cuidado no mirando demasiado abajo para no desviar la atención del terreno. Me encuentro con un corredor tirado con un calambrazo y dolores terribles en el gemelo, y asistido, por suerte, por una chica que le daba un masaje fisioterapéutico. Los acompañamos con algo de beber, comer, etc., y una vez recuperado, continuar la bajada.

El cansancio empezaba a aparecer y daba algún que otro traspié. Uno de ellos me hizo apoyar la mano en una pared de roca con la consiguiente herida de corte. Total, me digo: Carlinos con cuidado, a seguir concentrado y con cuidado.

Me siento en una roca para bajar y calambrazo en la pierna izquierda. Paro unos segundos a estirar, unos golpes y continúo. Las casas se empiezan a ver más cerca, el desnivel de la bajada empieza a ser menor y la zona más corrible, con algo de barro bajo bosque. Resbalón por aquí, resbalón por allá y… hostiazo que viene. Me caigo de lado y me tengo que tranquilizar. Lo peor y más bonito de la carrera estaba hecho. La subida, el cresteo, la bajada… Me tranquilizo, me dejo llevar por un terreno más suave para llegar por fin al avituallamiento del km. 15. Cargar agua, beber, comer unos frutos secos que me vinieron super bien, porque estaba vacío y con mucha hambre, necesitaba comer. Sobre todo, necesitaba comer. Tenía las piernas cargadas, pero aguantable. Lo que más necesitaba era comer.

A partir de ahora ya quedaban por delante unos 7 kms. de bajada por un terreno similar al del principio. Unos 2-3 kms. de asfalto y el resto senderos de bosque bajo castaños, con más barro y una calma mezclada con las ganas de llegar a meta y acabar.

La entrada en Sames fue muy rápida, porque se llega por un sendero al pueblo por una callejuela, un giro a la derecha y… LA META…

Finalizo con un tiempo de 4 horas y 5 minutos para los 22 kms. de carrera y un desnivel acumulado de 2.800 m.

A partir de ese momento, toca ir asimilando la carrera, porque la he sentido muy intensa.

Hay carreras que una vez acabadas, se te aparecen un montón de emociones, palabras o momentos en la cabeza. Pero ésta carrera, no sé porqué, si por sus características, por la intensidad de los kms. de montaña o la dureza de esos kms., me hace tener que asimilarla. Me resultó dura y bonita a partes iguales con una organización y marcaje perfectos.

Por lo tanto, ENHORABUENA a la ORGANIZACIÓN, a la gente FOTÓGRAFA, que TAMBIÉN CORREN (estaban por todo el recorrido, en pueblos, senderos, picos…)

 

A seguir entrenando, disfrutando y volviendo a correr en unas carreras que se echaban de menos. Vamooooooos!!!!!!!

Nos vemos en las carreras !!!!!!