lunes, 31 de octubre de 2022

Abeduriu Trail Race – El Entrego 2022

 Sábado, 15 de Octubre de 2022


Estaba muy muy nervioso. La carrera mostraba un perfil duro, 3 subidas y 3 bajadas, con 3.600 m. de desnivel acumulado (1.800 +) para los 23 km…. no estaba nada mal…

Por otro lado mis entrenos no eran los mejores, con 3 salidas por semana, sin tiradas largas y poco monte, hacían incrementar mi nerviosismo. A favor tenía lo acumulado el mes anterior con el Trail de las Reliquias. No obstante, soy un disfrutón, cuando se puede se va, y si no pues se hace la carrera lo mejor posible y sin perder nunca la sonrisa, siempre aprendiendo de los momentos difíciles que llegarían en la carrera y dando lo mejor que tengo dentro. Tenía pensado salir regulando, disfrutar de cada subida y a ver cómo iban respondiendo las piernas y el cuerpo, sobre todo en las bajadas. 

En la salida, con la guitarra eléctrica en directo, a nuestro lado, el vocalista empezaba a cantar y nuestros corazones poniéndose a tono con el rock´n´roll… 3, 2, 1….. Vamoooooooos !!!!!!

Ya desde el inicio es una subida continua. El primer km. de asfalto y hormigón, saliendo del Entrego y poco después cogemos senderos y pistas de tierra, y así los 2 primeros kms.

 Foto: Carmen Suárez Corujo

Hasta que, de repente, se abre la pradería y llegamos a la Campa del Abeduriu, zona que le da nombre al Trail ...

Foto: Ivan Valqui
 
... y la SORPRESA es en mayúsculas. 
Aparece la Fun Zone, que no es ni más ni menos que un pasillo en medio del monte, con pancartas naranjas del patrocinador y rodeados de gente animando en una rampa imposible que se hace inolvidable. Vaya subidón, y eso en el km. 3.

Foto: Jorge Lillo

Total, que una vez arriba, rodeamos la campa y bajamos unos metros para girar a la derecha y empezar la segunda parte de la primera subida a La Polaura. 

Foto: CorreMontes

El terreno cambia y va transcurriendo por senderos de tierra bajo árboles, donde en algunos tramos se puede correr, pero son los menos. Ahora toca marcar un ritmo de subida y acostumbrar las piernas en éstos primeros kms. Por delante tenemos 2 km. zigzagueantes que voy haciendo en grupo hasta que se abre el monte, salimos del bosque y a unos 800 m. de altitud, vemos una línea de cordal de montaña de la cuenca del Nalón que sorprende a la vista. La zona no es muy técnica, se puede correr sin problema con tramos en sube y baja, con tierra y algo de roca donde, 1 km. después del primer pico llegamos al primer avituallamiento. Km 7 aprox. de carrera.

Foto: Zaira Díaz

Las sensaciones son normales, sigo muy nervioso y no acabo de entrar en la carrera. Intento disfrutar lo máximo y como veo que estoy bien lo voy consiguiendo, pero no me veo al 100%.

Total, que como una barrita, bebo agua y algo de coca cola y para abajo, con 3 kms. de bajada cómoda por senderos de tierra con algo de barro, que hago siempre pensando en no desgastar las piernas.

Llego al km. 10 y al inicio de la segunda subida, algo menos de 3 km. para salvar un desnivel positivo de unos 500 m. en dirección a la Colladiella, zona muy valorada por su situación privilegiada entre dos valles. 

La subida se hace dura, y empiezo a notar cansancio. En medio del ascenso, por una pequeña pista de tierra, rodeado de helechos, miro alrededor, hecho un vistazo hacia arriba, donde van los corredores que me preceden y pienso: “qué hago yo aquí…?”

Estoy en medio del monte, en plena subida y en mitad de la tarde, rodeado de aire, tierra, matorral, y eso me tranquiliza a la vez que me inquieta por las ganas de llegar a la cima.

Ahora solo quería acabar la subida, porque sé que a partir de ahí tendría más controlada la carrera. 

De éste modo, y en el mejor momento, llego a una pequeña campa donde se ve la última hilera multicolor de la gente que está llegando al segundo pico de la carrera. Eso me da ánimo para seguir y una vez arriba, aaaaaayyyyy, respirar… 

Foto: Héctor

La bajada iba a ser larga, casi 4 kms. y 600 m. negativos donde ahí si que me van adelantando corredores. Noto cansancio y las piernas ya no bajan tan bien como antes, con lo que tengo que apoyarme en los bastones y regular el ritmo.

A una senda se une otra, y después de un giro llega otra senda, y me digo: ¿Pero de dónde han sacado éstos caminos? ¿Los han inventado? Finisterre no está en Galicia, está aquí. Parece que se acaba el mundo. Sendas de tierra recién desbrozada, rodeadas de praderías y árboles, castaños y robles, en la más absoluta soledad y silencio… . Días más tarde me entero de que la organización ha recuperado ésos caminos que estaban casi abandonados. Qué gran labor ORGANIZACIÓN en mayúsculas, no solo por la carrera, si no por el mundo rural.

Y cuando llego a La Cruz, localidad donde está situado el avituallamiento (km. 16 y control de corte de carrera) veo que lo más gordo está hecho.

Pero... Ay amigo!!! … cuando empiezo a caminar masticando lo último sólido y bebiendo algo de agua, a la salida del pueblo hay un giro a la izquierda con unas escaleras hacia el cielo que no se parecen en nada a las de Lez Zeppelin, no son tan dulces como su melodía…

Joooderrrrr, qué broma es ésta… qué duro se me hace… un pequeño tramo, casi vertical para empezar la última subida. Y ahí voy, al tran tran… salvo desnivel que se me iba atragantando (como bien indicaba la organización). Y como iba tan despacio, me fijé en la señalización y… vaya pasada… me doy cuenta que las marcas y banderines están cada 5 metros. Imposible perderse en carrera, ni de noche en caso de aparecer… de nuevo resalta el trabajo de la ORGANIZACIÓN con una señalización incluso reflectante.

Entre la arboleda y lentamente, voy subiendo con el objetivo de acabar lo antes posible. Las piernas ya no dan más de sí, pero los calambres no aparecen, lo que me tranquiliza. Lo iba haciendo bien, regulando, comiendo y bebiendo, pero hoy ya no iba a poder dar mucho más.

Cuando estás en plena subida y se abre el bosque, y vas viendo más pedazo de cielo, quiere decir que estás llegando arriba. Y si además se oye música, pues está claro que el avituallamiento está ahí. Salgo a un camino de pista ya conocido, del recorrido del primer Trail del Abeduriu hace ya unos años y, al poco tiempo, en subida aún, aparecen los fenómenos del avituallamiento. Qué lujo tenerles ahí, animando, ofreciendo bebida y comida, y con una alegría que casi me quedo ahí, en esa fiesta improvisada en medio del monte. Gracias mákinas !!!

Después, con la cabeza ya en una nube, pensando en la meta, voy bajando los últimos 4 kms. con buenas sensaciones, las piernas me dejan correr y disfrutar, y así entro en El Entrego, callejeando y sonriendo después de los 23 kms. y las 4 horas y 30 minutos de carrera dura, guapa, de organización PERFECTA… Un CARRERÓN, vamos, así lo puedo definir. Hay que venir aquí para correrlo. Y el próximo año hacerlo mejor. 

Foto: Jorge Lillo

Muchas gracias a la chavalería fotógrafa, tirada en el suelo, escondida tras los árboles buscando el mejor ángulo para nuestro disfrute… Una ORGANIZACIÓN perfecta, con desbroces más que increíbles, inventando los caminos y señalizando de tal manera que solo quedaba la alfombra roja…

 

El  próximo año hay que repetir y devolver con gratitud la renovación de ésta carrera.

Larga vida al Abeduriu Trail !!!!!!!

 

Nos vemos en las carreras.

Vamooooooos !!!!!!!!!