jueves, 4 de diciembre de 2014

Maratón de Donostia. San Sebastián 2014

Los maratones sin acabar también se han de contar. En los dos sentidos.
Pero ésto no lo sabía la mañana del domingo 30 de noviembre de 2014, eso sí, algo más nervioso de lo habitual, y con muchas ganas de empezar a correr.

El ambiente: Ambientazo. La llegada en Anoeta: Espectacular. La foto: De rigor

No estaba muy seguro de mis posibilidades, pero había entrenado según el plan establecido, algo irregular, algo más cansado que en años anteriores con la misma preparación y con peores sensaciones. No fue hasta el último mes de entrenos donde me empecé a ver con posibilidades de ser nuevamente maratoniano. El objetivo de marcar 3 horas 30 min. ya no lo tenía en mente. Eso sí, intentaría rondarlo según las pulsaciones.

Las pulsaciones... mi gran enemigo del domingo.
Situado en la línea de salida, y esperando la hora, a soplar...


Los primeros kms. controlando las pulsaciones. Un poco altas Carlinos, me digo... Paso el km. 2 en 10:15 y me digo, bueno, empieza bien el tema, sólo hay que bajar de cardio. Bajo el ritmo y las pulsaciones, pero sólo por momentos. De manera irregular suben, bajan. Me pierdo en el ritmo, me noto desconcertado. Una situación extraña de carrera.
Quiero disfrutar de la carrera y me dedico a correr, pero no puedo dejar de mirar el reloj con las pulsaciones. Sé que si no las bajo no llegaré, y además lo pasaré mal.
Llega el km. 10 y sigo igual. Estoy en el paseo de la Concha y vamos dirección Ondarreta. Allí giramos a la izquierda para ir a la zona de las universidades. Avenidas largas, llenas de corredores (media maratón y maratón) y sigo igual. Pulsaciones altas. Damos la vuelta hacia Anoeta y sólo quiero llegar al km. 21, para empezar la segunda vuelta. Pero aún estoy, como quien dice, en el inicio de la carrera. En el km. 16 parece que empiezo a sentirme bien. En el km.18 entre los ánimos de la gente ya huele a media maratón. Así es, paso por el estadio de Anoeta y por fin, km. 21. Lo hago en 1:53´aprox. A seguir.

Mucha gente, muchos aplausos, mucho oso ondo, muchos ánimos. Pero las pulsaciones... altas. Ahora a 160. Así no Carlinos. Así no llego. Pero no puedo bajar. Muy raro, no lo veo nada claro.
En la segunda vuelta intento regular y bajar el ritmo. Ya me olvido de los tiempos por km. y sólo quiero acabar bien y disfrutar.

A cada paso, mi "hinchada particular" (cómo agradecerles... no sé. Increíbles...). De nuevo por las mismas calles pero a un ritmo menor. El cuerpo iba respondiendo y las piernas bien, pero estaba incómodo y sin ritmo. Llego al km. 24 por la avenida del río Urumea saliendo de la ciudad y por la zona más solitaria de carrera. Llegan momentos de incertidumbre y reservas. En el km. 26, bajo más el ritmo y en el 29, ya en la zona de Gros, noto las piernas, no cansadas si no rígidas por la parte superior de los cuádriceps. Ya casi no puedo correr y ... problema, en el km. 30 tengo que parar a caminar. Cabizbajo continuo y de nuevo a correr, pero llega el km. 31 y ya no más. No puedo más. Me noto que tengo aún cuerpo preparado para la carrera, para continuar pero no puedo correr. Llevaba casi ya 3 horas y lo que me quedaba era casi todo caminar. No consigo entenderlo, pero me tengo que salir de la carrera. ABANDONO.
Aún hoy recuerdo quitar los clips del dorsal y darle la vuelta y... Bufffffffff, coñooooooooo.

Analizar, pensar, buscar explicaciones... Eso es lo que queda.

Primer abandono en una carrera para mí. Es duro porque viendo el resto de corredores llegando, cumpliendo su objetivo, luchando, y uno sin ser capaz de estar ahí pues... ...
Los corredores populares estamos sometidos a infinidad de variables que si se confabulan, te la arman. Buscando se encuentra, y mientras haya asfalto o tierra caerán los kilómetros.

A reponerse y seguir


Nos vemos en las carreras






sábado, 1 de noviembre de 2014

Algo más que "Sanitas Marca Running Series Gijón". 10 km. Gijón

Ya es la segunda carrera (que recuerde) en la que consigo empeorar el tiempo de años anteriores. Relativamente da igual. Cada carrera es distinta, cada año lo es más, incluso cada momento.
Las motivaciones son otras y las sorpresas que se encuentran en cada carrera superan cada instante pasado de un entreno, un día cualquiera.
El año pasado, por éstas fechas y después de ésta misma carrera, empezaba a replantearme objetivos. Ahora, un año después, ocurrió algo parecido.

Esta semana termino con el segundo mes de preparación para el maratón de San Sebastián. Con un objetivo un poco más ambicioso de tiempo, que por ahora, lo tengo en la bodega a la espera del momento adecuado.

Unos días antes, dentro de ésta preparación, tomo la salida en los 10 km. de Gijón. Cómo me alegró ver una vieja amiga que conozco de no hace mucho tiempo (ahí está su calidad). Después de unos besos y abrazos, la carrera parece distinta. El objetivo ya no es tan importante como al principio. Y eso se va grabando en la cabeza.

Me coloco junto a mi amigo Janino en el cajón de los 45 min. y después de pasar por la línea de salida, a zigzaguear, cómo me gusta, aunque en ésta ocasión me preocupaba el tiempo que estaba perdiendo. El primer km. lo hago en unos 5 min., así que hay que ir apretando.


El segundo km. lo hago un poco por debajo pero ya con más espacios para correr tranquilo y a ritmo. Los siguientes km. ya los voy haciendo dentro de las pulsaciones y ritmo previsto, por debajo de 4:30 min/km.
Antes de llegar al final del Piles, noto que el calor aprieta. Mal asunto, eso es que no voy tan fino como pensaba. Pero sigo manteniendo el ritmo. Una ligerísima subida antes de alcanzar el muro hace que baje el ritmo, porque además sabía que los últimos 2-3 km. por la zona del muro van a ser duros. Así fue.


 Esas pequeñísimas reservas que hice en momentos puntuales hicieron que afrontase esos últimos 2 kms. a ritmo constante y manteniéndolo, pero cuando alcanzo el km. 9 y miro el reloj, sé que no voy a bajar de los 45 min.



Al final, cruzo la línea de meta con un tiempo neto de 45:25, a un ritmo de 4:32 min/km. Pienso que los dos primeros kms. influyeron en el tiempo final, pienso que el calor, pienso... ... Que no Carlinos, cada uno está como está y si pensaba ir mejor por algo será.
Estaba entrenando bien (pensaba), pero no lo hacía. Desde el inicio del plan del maratón, entrenaba dentro de unos rangos elevados de pulsaciones para lo que estoy preparando, sin ritmo constante ni armonía entre pulsaciones y ritmo de carrera. Aquí están los resultados.

Después, de vuelta al coche, paseando por el muro, me encuentro con dos amigos. Uno corre y otro no. Son del mundillo de las carreras, y vamos charlando todo el tiempo. Ahí no se entiende de ritmos ni pulsaciones. Antes, había compartido kms. de carrera con Janino y lo habíamos pasado de lujo. Y eso se va grabando en la cabeza...

Sólo me había planteado carreras por objetivos de tiempos en muy contadas ocasiones: en los 21 de Laviana y en la Media Maratón de Llanera, para conseguir estar en el "cajón" del 1:35. En ambas lo conseguí, pero en una de ellas sentí que no estaba disfrutando lo de siempre. Un poco de agobio y demasiados nervios.

 Es la segunda vez que me ocurre. No sé si es por la fecha de carrera, por el recorrido o qué se yo, pero los 10 km. de Gijón son algo más. Hablan y dicen mucho. Eso sí, algún día me vengaré de ellos je, je, je...

Ahora toca seguir entrenando con los pies en la tierra y la cabeza sobre los hombros, sin excesos ni altas pretensiones de tiempos etc.

Un maratón de asfalto es muy grande como para no disfrutarlo al 200 %, así que, con los tiempos de los entrenos como referencia, a hacer lo de siempre: "porque nos gustaaaaaa, y porque nos divierteeeee" (como dice la canción).

La siguiente carrera... Maratón de Donostia...

sábado, 4 de octubre de 2014

Media Maratón de Trubia 2014

28 de Septiembre de 2014

Acercándome a Trubia desde la autopista, viendo el valle, ya sabía cómo iba a empezar ésta crónica.
Y es que la niebla jugaba entre las montañas, a lo largo, entre las casas, sobre el río que se adivinaba. Haciendo contraste con el verde que la rodeaba. Y se me quedó grabada esa postal.
Más tarde, ya caminando por sus calles, algo hacía que uno se sintiese abrigado...

Fue la primera de las sorpresas de una gran mañana. Me iba a enfrentar a una nueva media maratón de asfalto después de unos cuantos meses. No tenía claro el ritmo ni si iba a poder con la constancia de mantenerlo (me había acostumbrado a la "anarquía" de la montaña), pero un objetivo me estaba rondado por la cabeza.

Un café, un poco de sana charla en buena compañía, y el recorrido: por la senda de Fuso de la reina hasta enlazar con la senda del oso hasta Villanueva. Luego la vuelta. El perfil no es totalmente llano, ya que hasta la mitad es en ligerísima subida (que se nota).

Ya en "faena", tomamos la salida unos 150 corredor@s. Los dos primeros kms. son para no dejarse llevar mucho y controlar el ritmo. Aún así los hago a ritmo de 4:35-4:40.
Tengo que regular, porque no estaba seguro de llegar así. El siguiente km. ya lo hago en 4:50 y a partir de ahí, esa sería la tónica. Corriendo por la senda, con el firme empedrado, cruzando algún puente, acompañados del río y entre árboles, se van haciendo muy amenos los kms.

Van cayendo los kms. y ya cerca de Villanueva, mitad de carrera y donde damos la vuelta, me veo más o menos bien, no muy alto de pulsaciones y manteniendo el ritmo que había decidido llevar. Nuevo trago de agua al salir del pueblo y entramos en la zona de la carretera por donde daríamos la vuelta.

Se empezaba a notar algo de humedad, el sol y el calor aparecía, y con la niebla de la mañana estaba claro. Menos mal que estaba bebiendo en todos los avituallamientos que gracias a la organización no se echaron en falta, si no todo lo contrario. (Bravo por ell@s)

Este tramo de asfalto lo agradecí por el firme. Agarraba mejor y además había alguna bajadita.

En cuanto al ritmo, seguía a lo mío. A cada km. marcaba ritmos próximos a 4:50, aunque ya iba acumulando cansancio. Sobre el km. 17, giramos a la derecha para salirnos de la carretera y coger nuevamente el tramo de senda hasta Trubia. Empiezo a notar que me cuesta mantener el ritmo, sobre todo en las leves subidas. Así que sin apretar en exceso (ya que me había tomado ésta carrera como parte del entreno semanal en plan tirada larga), me esfuerzo en no perder tiempo. Llega el km. 19 y me noto mejor, concentrado en el ritmo y con intención de no aflojar ya más.


Iba a entrar por debajo de 1:45 min., y con eso ya estaba satisfecho. Pero gracias a haber mantenido el ritmo inicial unos segunos por debajo de 5´, iba a hacer que cruzase la línea de meta en 1:41:54, así que más que contento con la vuelta a las medias maratones de asfalto.

Una vez cruzada la línea de meta... ufff, qué bien se siente uno.

Agradecer a la organización amigos de Trubia su trabajo impecable y muy bien hecho, la bolsa de corredor con camiseta de regalo y un completo avituallamiento sólido y líquido. Gracias a l@s fotógraf@s y un placer los reencuentros de amig@s gracias a las carreras.

Ahora, unos días después, ya pienso en Maratón. San Sebastíán espera...

lunes, 8 de septiembre de 2014

Carrera de Montaña Monte Naranco. Oviedo 2014



Sábado 6 de septiembre de 2014

Con ganas y hambre de correr. Simplemente, así de sencillo, llego al Centro Asturiano para correr por el monte Naranco. Lo haría por tercer año consecutivo.

Qué gran carrera, qué gran fiesta-atlética-popular prepara ésta gente en la zona más elevada de Oviedo.
En lo personal, hacía 2 semanas que no me vestía de corto para entrenar. Nuevamente el verano hizo de las suyas, y como desde Pajares no había corrido ni un metro, decido salir simplemente a correr y DISFRUTAR (en mayúsculas) de la carrera. Bueno, siempre se aprieta algo (que para eso es una carrera).

Suena el volador y a correr. Una vez rodeado el Centro asturiano, salimos de él y tras unos metros de pista, giramos a la izquierda para entrar en el monte entre los ánimos de los asistentes. Se forma la fila india y a caminar por el sendero de tierra. Algo de trote hasta llegar a la altura del Cristo donde giramos nuevamente a la izquierda. Me encuentro bien, y pero pienso que entre el calor y los “no entrenos”  pueden darme un buen hachazo. 
La zona siguiente es para trotar, por sendero más ancho, con alguna pequeña subida, así que decido ir poco a poco para recuperarme de la subida y una vez alcanzadas las antenas, empieza la bajada.
Consigo adelantar unos puestos, por el estrecho sendero y una vez acabada la bajada, giramos a la derecha para correr por la otra vertiente del monte. Agradecer mucho aquí los ánimos que desde la orilla del camino me dieron unos amigos del blog con su “vamos osoondo” “vamos Carlos” (de nuevo a la vuelta).

El camino es propicio para trotar bien, ancho, con pequeñas subidas, pero apretaba el calor. Empecé a notar que no estaba para filigranas así que empecé a regular hasta llegar a la zona de bajada por la pista de tierra y hormigón que la hice sin apurar demasiado. La siguiente subida ya estaba a la vista y la afronto bien hasta el avituallamiento con un grande de las carreras, Manuel un año más ofreciendo agua, un lujo. Bebo casi todo, y me refresco con el resto. La mitad de la carrera estaba hecha.  Me viene bien el refresco  y caminando llego al último tramo de falso llano. De nuevo entramos en el monte y a subir. Qué bien la sombra de los árboles. Empiezo a perder alguna posición, pero la subida se hace amena en compañía, charla y ánimos mutuos de otros corredores que nos vamos conociendo por el blog, y las carreras. (Es lo grande de este mundillo)
Ya sólo queda la última bajada (similar a la primera, por camino estrecho de tierra y piedras, bajo los árboles) 

para darlo todo y llegar al Centro Asturiano contento, con una buena dosis de calor y sudor y las piernas contentas por los kms. de buen ambiente.


El tiempo de carrera fue de 1:08, 5 min. peor que años anteriores.
Contento por la carrera, con nuevos objetivos a la vista y alegre por las charlas pre y post- carrera. Un placer ya que para mí, las carreras no son sólo es correr.
Agradecer los ánimos desde las orillas del monte, y a la organización. 

Sólo se me ocurre un IMPECABLE trato, preparación, ambiente… PERFECTO !!! Ésta es una de las carreras en las que se ve en la gente caras de satisfacción por lo conseguido, de ambición por querer más, de alegría por estar en ella.
Por todo ello, como no podría ser de otra manera, está claro: Nos vemos el próximo año.
Ahora empezaré a pensar en ritmos y asfalto. La idea del maratón de San Sebastián me ronda la cabeza y me llega a gritar hasta ensordecer. Habrá que escucharlo…

Nos vemos en las carreras…

sábado, 6 de septiembre de 2014

Trail Valgrande. Pajares (24 de agosto de 2014)


Ya tenía ganas de correr ésta carrera el año pasado, y como no pudo ser, ésta era mi oportunidad.
A sabiendas que no había entrenado lo suficiente (el verano es lo que tiene), había hecho un plan casero aprovechando la forma que tenía en junio y después de dos semanas de parón y descanso, metí 3 semanas de entrenos para llegar a la carrera lo mejor posible.

Así, en la estación de esquí de Valgrande, después de la salida del trail de 10 km. (que me pareció bastante exigente y recomendable), nos dieron la salida a los de 21 km.
Mirando alrededor, uno se da cuenta de que está ante un reto respetable y a tener en cuenta. Además era prueba valedera para la Copa de Asturias de Carreras por Montaña, así que el "plus" era notable.

Ya en carrera, los primeros metros serían para dar una vuelta por la zona baja de la estación,


y de nuevo pasado por el arco de salida, a subir. Afrontamos una fuerte subida por pista de hierba por la zona paralela al telesilla

para girar a la izquierda y, tras una bajada, empezar la primera de las subidas al pico Celleros. Algunos nervios hacían a la gente resbalar al intentar adelantar por un sendero que no daba para más. Es momento de pensar en no perder la carrera en un calentón y seguir a ritmo.


Una vez arriba (1760 m.), vistazo alrededor y a bajar por una zona de sendero corrible hasta alcanzar la subida al Cuitu Negro. Hasta aquí, salvo las pocas subidas, se hace todo bastante corrible hasta unos metros antes de la cima, en la que toca tirar de pierna.


En el Cuitu Negro (1850 m.), avituallamiento líquido y sólido y a seguir. Estamos en el km. 8 aprox. de la carrera y la cosa va bien. Hasta el km. 11 se hace rápido, con bajadas y ligeras subidas, casi todo corriendo.

De repente damos un giro y se ve un rosario de puntos de colores por una subida de alrededor de 1 km. que parecía que íbamos unos encima de otros. La pendiente era realmente dura y el tercero de los picos, y la altura más alta de la carrera (unos 1890 m.) en la zona de las Tres Marías. Con las manos en sobre las piernas, a subir. Me encuentro bien, me gusta subir y consigo adelantar a unos cuantos corredores. Eso sí, si te descuidabas mirando para atrás, corrías riesgo de caer. Así que... pa´rriba. Una vez salvado, a respirar, mirar alrededor y disfrutar.

Poco a poco, tomando oxígeno para les patuques, empiezo a trotar-caminar con una grupeta y la chavalería de Mieres que nuevamente, desde la subida al Pienzu, volvíamos a coincidir.


Y así hasta el avituallamiento de la zona de las Tres Marías. Las moles de piedra que parecían mirarnos desde lo alto me dejaban boquiabierto. Estar aquí es un privilegio (me digo).
Me sigo encontrando bien y tras otra subida, donde ya apretaba el calor y noto algo de agotamiento, llegamos a otra zona que sólo por estar ahí, merece la pena todo. El bosque de Arbás (km. 16).

Bajo los árboles, en medio del bosque y por una de las zonas privilegiadas de Asturias, llegamos al último avituallamiento sólido. Comer y beber y mentalizarse para la última subida (de nuevo al Cuitu Negro). Debía ser dura porque todos nos avisaban. Ahora sé por qué.

(Dejo una panorámica de la última subida con la mirada atenta de la Tres Marías al fondo y debajo el Bosque de Arbás)

Por una pista de tierra vamos caminando y a los pocos metros iniciamos la dura subida. Después de los kms. que llevábamos y el sol, la subida que era dura, se hizo más. Aquí perdí posiciones y algo de tiempo, pero había que pensar el superar el pico que era lo que ahora importaba. Después de 1,5 km. aprox. de subida, una vez arriba las piernas me gritaban en forma de calambres.


 Me comí un higo de reseva que llevaba y que me salvó la bajada hasta meta, ya que no podía correr por los calambres, sólo caminar. Una vez solventados los "problemillas, quedaba bajar por la pista de piedras bajo el telesilla y alcanzar por fin la meta tras 3 horas y 44 min.
Ufff, qué ganas !!!


Noté mucho calor y cansancio acumulado en la subida final. Me dí cuenta que me faltaron entrenos pero había conseguido lo que quería. Correr en más o menos buenas condiciones y disfrutar.
La dejo anotada para otros años y muy recomendable.

Me parecieron duras las dos últimas subidas (picu Tres Marías y Cuitu Negro final) en la parte final de la carrera, pero preparándola se hace, así que... Nos vemos en las carreras

Ambientazo y un placer ver y saludar a la familia correndera.
Agradecer a la organización su gran trabajo, a l@s asistentes sus ánimos (que dan oxígeno real) y a l@s fotógraf@s su dedicación. Ell@s también corren.

En resumen... un nivelón de carrera. Qué gozada !!!

Nos vemos en las carreras...

miércoles, 9 de julio de 2014

Llampaces Vertical 2014

Domingo 6 de julio de 2014

La mañana se presentaba lluviosa y los apenas 100 corredores que ibamos a tomar la salida, dejábamos los paraguas en los coches para ir calentando las piernas.
En el pequeño pueblo de El Condado, todo parecía como un secreto, una pequeña reunión con música y arco hinchable de salida. Comentarios sobre la dureza del final, el barro y las dificultades de la carrera.

Pero suena la música y se inicia la cuenta atrás...
La salida se hace muy rápida y trato de no apretar demasiado consciente del duro final. Los primeros 200 m. son de asfalto para salir del pueblo, cruzar el río Nalón y alcanzar Soto de Lorío, donde se gira a la derecha para tomar una pista de tierra ya en subida.

Los aprox. 2 km. de ésta pista se salvan casi siempre corriendo, menos algún pequeño tramo en el que decido caminar rápido para ir alternando, no fatigarme demasiado ni subir en exceso las pulsaciones.



Un giro a la izquierda nos dirige al pico. Hay un puesto de avituallamiento y tomo un trago de agua. Me viene muy bien, porque noto que voy bastante ligero y me puede hacer falta a mitad de carrera.
Otro nuevo giro y definitivamente abandonamos la pista.
Estamos ya en la ladera del pico y empieza la verdadera subida. El sendero es de tierra (barro) y algo de piedra. La lluvia, que no cesa, alivia las piernas que poco a poco se van calentando, y empieza en zig zag.
A un giro le sigue otro, adelanto un puesto y sigo a buen ritmo (para mí, claro). En cada vuelta se gana altura y ahora pasamos por un tramo bajo árboles verdaderamente guapo. Me gusta ésta subida (pienso). Me animo y el que va delante de mí, que se ve alcanzado, en actitud de exquisita deportividad (según indicaba el reglamento) me deja pasar. Apoyando las manos en las piernas, y tirando de ellas ya no quiero reservar más y voy con ambición.

La parte de sendero se acaba y llega un pequeño tramo de hierba y barro con gran pendiente. Queda ya menos de  1 km. creo. Se hace muy difícil subir, por el terreno ya pisado de los primeros corredores


Llega la hora de "gatear". Ya se quitará el barro de las uñas en casa. La cima se huele y llega la parte más bonita y espectacular de la carrera. Una zona de rocas, piedras y tierra, casi sin camino marcado, donde los primeros van bajando mientras animan a los que vamos subiendo. Increíble los ánimos recibidos. Sus caras se pegan a la tuya, sus voces se meten en las venas. Inyección de fuerza para las piernas. Aún hoy los recuerdo y se acelera el pulso.
Con ello, crece el hambre de meta y tengo sed, de cumbre, de gritar y de conseguirlo. Gracias a esos ánimos, voy subiendo, tirando de piernas y de manos, apoyándome en las rocas, jadeando. Un paso, otro y mano en cada roca. Otra pierna arriba y así, de repente, oigo el número de mi dorsal...
Había llegado. Toco el mojón y la placa del picu Fueyu y grito. Buaaaa !!!

Ahora sólo queda bajar asimilando la carrera después de animar a los que seguían subiendo.

Nunca 4,7 km. en algo menos de 53 minutos me dieron para tanto. 820 m. de desnivel (todo positivo) para llegar al picu Fueyu (1144 m.).

Agradecer a la organización su buen trabajo en éste campeonato de Asturias de Carreras Verticales, que hace obligatorio el repetir en años posteriores.

Solo decir que nos vemos en las carreras mákinas !!!  y... A disfrutar !!!

 

jueves, 19 de junio de 2014

IV Coto Bello Trail 2014


Empiezo esta crónica de la IV Coto Bello Trail celebrada el domingo 15 de junio de 2014 de la manera más ilustrativa posible: Una foto.
Es lo que te encuentras al llegar a la zona. Una amplia explanada con el arco de salida - meta y al lado una carpa habilitada para bar - orquesta - avituallamiento y lo que se tercie. Ah!, y corredores, muchos corredores.
El ambiente está asegurado.

Calentando antes de la salida, a unos 1000 m. de altitud, rodeado de montañas, hace que uno se sienta tranquilo, contento y expectante por lo que le espera. Los 13 km., salvo una pequeña modificación en el recorrido, ya los conocía del año pasado, así que además de disfrutar de correr por la montaña, quería darle un plus exprimir mi cuerpo un poco (teniendo en cuenta que es una carrera).

Con ésto, en la salida, 3, 2, 1, vamoooos !!!. Rápido, muy rápido se salió. Parecía una san silvestre.
Los 2 primeros kms. son por pista y en bajada y como no quería perder posiciones ya en salida, hice lo que casi todo el mundo... correr. El reloj pita, indica el primer km. de carrera. Lo miro y me indica que voy a 3:57 min/km.. Llega el segundo km. y el reloj pita de nuevo: 3:47 min/km..

Pronto la bajada se torna en ligera subida y a la izquierda tomamos un camino para adentrarnos en el monte y salvar un riachuelo bajo árboles y ya casi caminando. Sería la pequeña modificación del recorrido.
A partir de ahora ya sería todo ascendente hasta llegar al pico. De la zona de arboleda pasamos a la pradería. El sol no apretaba demasiado y se iba más o menos a gusto. A una subida le seguía otra, y a ésta, otra más. Son cortas pero fuertes. El reloj pita y me indica 15:40 min/km. Esto sí que son contrastes.

Miraba mis piernas y, en complicidad con ellas, subía. Unas veces a pasos pequeños y constantes, otras a pasos mayores ejerciendo más fuerza. Se oía jadear y algún que otro bufff !!!
Al terminar una de las praderías, se empieza a ver el pico. Antes de él la zona de pizarras. Es una pequeña cresta de pizarra con restos caídos por el sendero que pisamos y que una vez salvado sólo queda coronar el Picu la Texera (1560 m.) por una zona estrecha que te permite ver monte, mucho monte, picos, cielo....


Y entre todo eso, nosotros corriendo. Una vez arriba, toco el "monolito", ojeada alrededor y pa´bajo.
En menos de 1 km. llega el avituallamiento y bebo dos vasos de agua. Empieza la bajada ya toda por pista de tierra similar a la del inicio de la carrera y como el año pasado sufrí un poco en ésta zona, empiezo controlándome sin forzar y mentalizado en perder posiciones. Con ello, al poco de estar bajando alcanzo a dos corredores que me habían superado antes del avituallamiento y, cauto, sigo a su lado. Pero de repente nos adelanta un tercero. Veo que su ritmo es parecido al que podría llevar, así que le sigo y adelanto a los dos que llevaba por delante. Marco ritmo constante y los tiempos son alrededor de 4:22 min/km.. Efectivamente es una carrera de contrastes.
Tenía la carrera en la cabeza y sabía que sobre el km. 8 iba a llegar una zona de subidas. Estaba preparado y cuando llega hago la transición de bajar a subir. Poco a poco me veo bien y no he perdido casi posiciones. Eso me anima.

Por delante veo a la chica que va en tercera posición de la clasificación de mujeres y que me había adelantado justo al llegar al pico. Junto a ella y su acompañante hago algún km. hasta que en la segunda subida a la zona de las antenas los adelanto.

Ahora sólo queda bajar "a cuchillo"


Ya se veía la meta y la carrera estaba llegando a su fin.

De nuevo en la explanada de llegada, tras 1:24 min., 13 km. y unos 1700 m. de desnivel acumulado, la sonrisa me salía de la boca al pasar por el arco de meta.

Unos tragos de agua, un poco de chocolate, un trozo de manzana y unas gominolas después, mientras me cambiaba de ropa al lado del coche, veía que ésta es una carrera que no puede faltar en el historial de tod@ corredor@.

Gracias a la organización y a l@s fotógraf@s. Ell@s también corren.

Nos vemos en las carreras !!!






domingo, 8 de junio de 2014

XI Subida Picu Pienzu 2014



Domingo 1 de junio de 2014

Qué suerte poder correr ésta carrera. Un clásico de las carreras de montañas asturianas. Gran organización, avituallamientos, ambiente… Se nota cuando una organización sabe lo que hace. Para mí, aquí se rozó la perfección. Desde aquí… Enhorabuena Picu Pienzu 2014.

Y ahora, retrocediendo una semana en el tiempo, me encontraba en Arriondas recogiendo el dorsal 218 y la bolsa del corredor. Después del café mañanero y paseo por la zona de salida – meta, las ganas de empezar a correr iban en aumento. Saludos, música ambiente, colocación del arco de salida… Qué ganasssssss !!!
Con puntualidad, salimos del parque de Arriondas, para callejear un poco y tomar dirección al picu.

Unos 2 km. de asfalto para girar a la derecha y entrar en el monte. Los días anteriores había llovido, así que el barro iba a aparecer en breve. Bajo los árboles, por sendero de tierra y barro, íbamos en fila india corriendo y caminando entre algo de niebla. Recuerdo sobre todo 3 zonas bien diferenciadas de la carrera. Ésta de monte era una de ellas. 

 

Recorrimos unos 5 km. hasta llegar al pueblo de Cofiño. Beber un trago de agua y a seguir. Hasta aquí me siento bien y con ganas de correr y dar más de mí, así que me pongo a tirar y a adelantar corredores poco a poco. Me gusta mucho subir, y como se que bajar no lo hago bien, así compensaría uno con otro.

La carrera continúa por una segunda zona de monte entre rocas, pequeño desfiladero y el minúsculo discurrir del río. El calor abriga y el sol nos vigila. Mirando alrededor, sólo verde y rocas. Montañas y azul. Pero hay que seguir. 
Unos tres kms. más y empezamos a llegar a la primera de las dos majadas, donde había montañeros pasando el día y que sus ánimos nos llegaron en forma de energía para las piernas. Sería la tercera zona distinta de la carrera. 


Las majadas, una pista de tierra para llegar a otra y la fila de corredores adelantando muy levemente unos a otros. Ahí conozco a un compañero que me conocía del blog. Un grande que disfruta de las carreras a lo grande. Cómo me alegro de ello. Así llego a la base del pico para comer y beber algo. La ascensión es dura de verdad, de esas que si miras arriba casi no se ve ni el cielo. Poco a poco, tirando de pierna asciendo metro a metro. No se me hace larga porque estaba disfrutando con la subida, las piernas se endurecían y con las manos apoyadas en ellas iba subiendo. De repente…  la enorme cruz. Había coronado. Guau !!!, parada, ojeada al mar, zona de Espasa, Arenal de Morís, Colunga… qué ganas tenía de verme aquí arriba.

En pocos segundos estaba bajando. La bajada, a diferencia que la subida, endureció mi carrera. Los primeros metros los hice más o menos bien, pero al llegar a la primera de las majadas, bajé el ritmo porque si no lo pasaría mal. Me empiezan a pasar corredores y a perder posiciones. Tengo que regular porque me empiezo a encontrar vacío. Llego a la zona del “desfiladero” y los traspiés que sufro, se que son fruto del cansancio. Como el segundo de los higos que llevaba y me centro para seguir corriendo. 

Entramos en la zona de monte y bajo los castaños y robles, me animo viendo que las piernas mantienen un ritmo gracias a que la zona es más apta para trotar sin desgastar en exceso las piernas ya que la pendiente no es mucha y poco a poco llego de nuevo al pueblo. 


Iba un poco castigado, con sensación de vacío, bebo algo y sigo. En pocos km. llego a una zona de unos 200 m. de subida entre rocas que me hizo parar. Unos fuertes calambres en las dos piernas me recorrieron de arriba abajo. Me paré y muy poco a poco, con dolores iba subiendo. Sufrí pero alcancé la “cima” y a partir de aquí el resto fue trotar sin exceder la zancada para llegar. De nuevo sobre el barro cada uno ya al ritmo que podía llegamos a un último avituallamiento líquido y salvador (parecía mágico verlos). Qué bien me vino.
De nuevo sin darme cuenta estaba girando a la izquierda tomando ya la carretera que me llevaría a meta. Los 2 kms. hasta Arriondas no quería nada más que disfrutarlos sabiendo que lo había conseguido y el esfuerzo había merecido la pena. El picu Pienzu me había visto pasar por él y estaba contento. No obstante tuve que apretar los dientes para llegar a meta. 

 
21 km. con unos 2500 m. de desnivel acumulado y 3 h. y 5 min. de tiempo de carrera.
Qué sensaciones de haber conseguido algo que estaba buscando hace tiempo. Picu Pienzu, espero volver a verte. 

Gracias organización. Enormes !!! Gracias fotógrafos, vosotros también corréis.
Nos vemos en la siguiente

Vamoooooos !!!