Sábado 04 de enero de 2014
Se presenta
la ocasión de conocer nuevos parajes, en zonas desconocidas más o menos cerca
de casa, y corriendo… Hay que ir.
Así
se presentaba la mañana en Grao. Una vez recogido el dorsal y tomado un café,
había tiempo, de nuevo para la línea de salida. Hacía frío (unos 4 ó 5 grados)
pero no llovía (de momento). Los 90 corredores que nos juntamos, una vez sonó
el disparo, empezamos a correr. Por delante 17 km. de monte.
Los 2
primeros kms. discurren por asfalto. Salida del pueblo por caminos, unos metros
de carretera y giramos a la izquierda para cruzar el río y llegar al concejo de
Candamo. Mantengo un ritmo medio de unos 4:40 min/km..
Allí abandonamos el asfalto y el terreno llano. Empieza la diversión.
Allí abandonamos el asfalto y el terreno llano. Empieza la diversión.
Los siguientes
kms. trascurren ya por pistas de tierra, con algo de agua de algún riachuelo
cercano y rodeado de pinos. A trote de subida, ibamos ganando altura y
posiciones. La primera de las cotas altas estaba en el km. 5 y el tramo más duro
llega unos 700-800 metros antes, cuando en una de las curvas del camino
enfilamos una larga recta (tipo cortafuegos) de gran pendiente. Las camisetas
multicolores teñían el recorrido y la foto habría sido bonita. Una vez arriba,
vuelvo a trotar y correr. Aparece el viento y también llueve.
El primer
avituallamiento nos da líquido y aprovecho para tomar uno de los dos higos pasos
que llevaba mientras comenzamos la primera de las bajadas. Como siempre,
bajando pierdo posiciones que recupero, algunas de ellas, en la subida
siguiente, que la haría ya sin caminar más que en muy pocas ocasiones, era un poco
más suave que la primera. Llegamos al km. 8 y alcanzamos la cota más alta de la
carrera. A partir de aquí llega un terreno muy favorable por las suaves bajadas
siempre por pistas de monte poco técnicas.
Es aquí donde siento que un corredor
que había alcanzado en la anterior subida se mantiene cerca. El ritmo es
similar así que podemos hacer un trabajo conjunto, pero no… su intención es ir
detrás. Aumento un poco en ritmo y él lo aumenta. Lo disminuyo y él lo
disminuye. No asoma ni la nariz. Sólo me sopla en la nuca. Viendo esto, aprovecho
el avituallamiento del km. 11 para parar a beber, comer el segundo higo y
charlar un poco con los voluntarios. La cara del corredor que venía detrás de
mí seguro que fue, al menos de sorpresa. Ahora volvía a correr a gusto. No me
importan las posiciones ni el tiempo, si no correr a gusto y en compañía mejor,
pero correr para otros sin mediar palabra no.
Sigo corriendo
cómodamente cuesta abajo y voy acercándome a dos corredores, uno de ellos era el
que dejé pasar en el avituallamiento. No tenía intención de adelantar, pero en
el km. 13 me encuentro una bajada más técnica con algo de roca y sin pensar,
aprovecho para tirarme como nunca antes lo había hecho. La sorpresa ahora fue
para mí. Nunca había bajado así y en esos 500 m. de bajada, abro un hueco
importante.
Los dos
siguientes km. ya eran conocidos, por la ida así que tocaba regular.
Se acaba
el monte y volvemos al asfalto. 2 kms. finales que se hicieron duros. En llano,
con fuertes rachas de viento y lluvia nos agarramos unos al ritmo de otros al tiempo
que nos animamos. Eso es lo grande de las carreras.
Así
entro en meta satisfecho por la carrera. Me encontré bien en las subidas, aguanté más o menos en las bajadas y me sentí
bien en general y con fuerzas en las piernas.
Buenas
sensaciones para afrontar nuevos entrenos y más carreras con más montes por descubrir.
Al final
empleé 1 h. y 39 min. para los poco más de 17 km. de carrera.
Gracias
a la organización y los fotógrafos y un placer ver y hablar con los amigos y compañeros de
carreras.
Llego
a casa con un frío metido en el cuerpo del copón y descubro que no hay mejor remedio
que un abrazo. Qué más pedir…
Seguimos
corriendo…
No hay comentarios:
Publicar un comentario