Muchas veces escribo con tinta invisible en mi cabeza mientras
voy corriendo, en los entrenos, cuando sin darme cuenta, la cabeza se evade
y se libera de todo, y con ello uno mismo…
… Y fue así cuando empecé a escribir esto, ayer mientras bajaba por una de las rutas
habituales de entreno…
Maratón Atlántica A Coruña 2017 – VI Kangas Mountain 2017
Cangas de Onís
No fue hasta el km. 35 cuando empecé a sentir que todo iba
bien. Estábamos en la última vuelta al circuito. Abandonamos la zona de la
playa de Riazor y entrábamos en el centro de La Coruña. Las aceras estaban
llenas de gente animando a voces, con las caras de orgullo y unos gritos
sinceros al vernos pasar (Vamoooos, Vengaaaaa, Bravooooo, ya lo Teneeeiiiiis…).
Cada uno al suyo, pero cada grito de apoyo era para nosotros.
Y fue en esto
cuando al girar a la derecha en una curva, entre mil personas vi unos ojos
inconfundibles, y al lado una cara que me acompaña toda una vida. La poca
sangre que llega a mi cabeza hace que alargue la mano para tocarlos y unos
metros más adelante gire la cabeza, levante el brazo y alce el pulgar en señal
de “tranquis, que voy bien, a punto de conseguirlo”…
Pues esto es el maratón para mí, lo demás son los detalles
de carrera, de entrenos, de constancia, de ritmos y planes…
Me queda en lo anecdótico del día que un km. más adelante (en el 36), la liebre con la que fui toda la carrera se quedó un poco atrás y aceleré el ritmo (me veía fuerte). Pues bien, en el km. 37 un calambrazo casi me deja sin pierna derecha y vi como mis compañeros de carrera me pasaban sin poder hacer nada. El maratón es así... Siempre enseña sus garras
Tenía pensado describir el día previo y sensaciones de
carrera, pero llegado éste punto, lo dicho, eso son detalles…
Así cerraba la
segunda de las heridas abiertas que tenía tras el abandono en Donosti Maratón hace dos años.
Y un mes antes, en Cangas de Onís cerraba la primera de las
heridas. El año pasado había sufrido muchísimo en la última parte de la
carrera. Con un frío helador, viento, lluvia y algo de nieve en la última
subida me dejaron tocado de sensaciones, así que como la mejor cura es volver,
pues volví.
Y con el único objetivo de finalizar en buen estado.Como novedad, iba a correr con mochila. Hidratación, y ropa de abrigo de repuesto por si acaso, comida y geles me iban a acompañar. Esta vez no quería tentar a la suerte...
Y todo fue bien. Me queda la imagen en la cabeza y marcada en tinta imborrable aquí:
Lo había conseguido. Había disfrutado de la carrera, dura como siempre y muy exigente. Y estaba contento. Y l@s fotógraf@os... GRACIAS !!! (mil veces GRACIAS)
A seguir !!!
Nos vemos en las carreras
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