Domingo 1 de junio de 2014
Qué suerte poder correr ésta carrera. Un clásico de las
carreras de montañas asturianas. Gran organización, avituallamientos, ambiente…
Se nota cuando una organización sabe lo que hace. Para mí, aquí se rozó la
perfección. Desde aquí… Enhorabuena Picu Pienzu 2014.
Y ahora, retrocediendo una semana en el tiempo, me
encontraba en Arriondas recogiendo el dorsal 218 y la bolsa del corredor.
Después del café mañanero y paseo por la zona de salida – meta, las ganas de
empezar a correr iban en aumento. Saludos, música ambiente, colocación del arco
de salida… Qué ganasssssss !!!
Con puntualidad, salimos del parque de Arriondas, para
callejear un poco y tomar dirección al picu.
Unos 2 km. de asfalto para girar a la derecha y entrar en el
monte. Los días anteriores había llovido, así que el barro iba a aparecer en
breve. Bajo los árboles, por sendero de tierra y barro, íbamos en fila india
corriendo y caminando entre algo de niebla. Recuerdo sobre todo 3 zonas bien
diferenciadas de la carrera. Ésta de monte era una de ellas.
Recorrimos unos 5 km. hasta llegar al pueblo de Cofiño.
Beber un trago de agua y a seguir. Hasta aquí me siento bien y con ganas de
correr y dar más de mí, así que me pongo a tirar y a adelantar corredores poco
a poco. Me gusta mucho subir, y como se que bajar no lo hago bien, así compensaría
uno con otro.
La carrera continúa por una segunda zona de monte entre
rocas, pequeño desfiladero y el minúsculo discurrir del río. El calor abriga y
el sol nos vigila. Mirando alrededor, sólo verde y rocas. Montañas y azul. Pero
hay que seguir.
Unos tres kms. más y empezamos a llegar a la primera de las dos
majadas, donde había montañeros pasando el día y que sus ánimos nos llegaron en
forma de energía para las piernas. Sería la tercera zona distinta de la
carrera.
Las majadas, una pista de tierra para llegar a otra y la fila de
corredores adelantando muy levemente unos a otros. Ahí conozco a un compañero
que me conocía del blog. Un grande que disfruta de las carreras a lo grande.
Cómo me alegro de ello. Así llego a la base del pico para comer y beber algo. La
ascensión es dura de verdad, de esas que si miras arriba casi no se ve ni el
cielo. Poco a poco, tirando de pierna asciendo metro a metro. No se me hace
larga porque estaba disfrutando con la subida, las piernas se endurecían y con
las manos apoyadas en ellas iba subiendo. De repente… la enorme cruz. Había coronado. Guau !!!,
parada, ojeada al mar, zona de Espasa, Arenal de Morís, Colunga… qué ganas
tenía de verme aquí arriba.
En pocos segundos estaba bajando. La bajada, a diferencia
que la subida, endureció mi carrera. Los primeros metros los hice más o menos
bien, pero al llegar a la primera de las majadas, bajé el ritmo porque si no lo
pasaría mal. Me empiezan a pasar corredores y a perder posiciones. Tengo que
regular porque me empiezo a encontrar vacío. Llego a la zona del “desfiladero”
y los traspiés que sufro, se que son fruto del cansancio. Como el segundo de
los higos que llevaba y me centro para seguir corriendo.
Entramos en la zona de
monte y bajo los castaños y robles, me animo viendo que las piernas mantienen
un ritmo gracias a que la zona es más apta para trotar sin desgastar en exceso
las piernas ya que la pendiente no es mucha y poco a poco llego de nuevo al
pueblo.
Iba un poco castigado, con sensación de vacío, bebo algo y sigo. En pocos
km. llego a una zona de unos 200 m. de subida entre rocas que me hizo parar. Unos
fuertes calambres en las dos piernas me recorrieron de arriba abajo. Me paré y
muy poco a poco, con dolores iba subiendo. Sufrí pero alcancé la “cima” y a
partir de aquí el resto fue trotar sin exceder la zancada para llegar. De nuevo
sobre el barro cada uno ya al ritmo que podía llegamos a un último
avituallamiento líquido y salvador (parecía mágico verlos). Qué bien me vino.
De nuevo sin darme cuenta estaba girando a la izquierda
tomando ya la carretera que me llevaría a meta. Los 2 kms. hasta Arriondas no quería
nada más que disfrutarlos sabiendo que lo había conseguido y el esfuerzo había
merecido la pena. El picu Pienzu me había visto pasar por él y estaba contento.
No obstante tuve que apretar los dientes para llegar a meta.
21 km. con unos
2500 m. de desnivel acumulado y 3 h. y 5 min. de tiempo de carrera.
Qué sensaciones de haber conseguido algo que estaba buscando
hace tiempo. Picu Pienzu, espero volver a verte.
Gracias organización. Enormes !!! Gracias fotógrafos,
vosotros también corréis.
Nos vemos en la siguiente
Vamoooooos !!!
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