sábado, 28 de septiembre de 2013

K21 XTREMELAGOS

Los comentarios posteriores a una carrera de montaña van casi todos en la misma línea: dureza, disfrute, paisajes, montaña, bajadas técnicas... Quizá sea esa mezcla junto con algún ingrediente más la que hace que le "enganche" a uno a correr-caminar por la montaña.

El pasado sábado 21 de septiembre, con las piernas descansadas de los entrenos previos para ésta carrera, el bolsillo del pantalón con una barrita de cereales y una papilla de frutas, y mucha ilusión por descubrir la zona, saltando en el sitio a la hora acordada gritábamos: 10, 9, 8, ... , 2, 1... Vamoooooos !!!!!

Covadonga se teñía de colores. Camisetas amarillas, azules, naranjas,... todos corriendo hacia la basílica por la carretera y una vez allí, junto al seminario, encontrar un camino que nos llevaría al monte. Todo empezaría en ese momento. A medio camino entre caminar y trotar, empezamos la subida. Tranquilamente, y procurando mantener las pulsaciones no muy elevadas vamos comiendo los primeros metros por una zona de pista ancha que dejaremos pronto para encontrar alguna edificación de piedra. Casas pequeñas para pastores solitarias que parecía vigilar su terreno.

El monte aparece en forma de prados verdes, caminos marrones por el barro acumulado de lluvias anteriores, sombras de árboles y rocas. A nuestro alrededor, ... el silencio...
Nos permitimos el lujo de fotografiar el instante...

Seguimos el camino marcado por las banderas rojas

que nos lleva al primer avituallamiento líquido. Trago de agua, comentarios y a seguir. Era el km. 5 y llevaríamos casi una hora de carrera. El perfil se mostraba ahora un poco más amable y nos dejaba correr saltando entre piedras y raíces de árboles.
Para llegar al segundo avituallamiento líquido, tendríamos que alcanzar la cota más alta y nos llevaría al km. 7 de carrera. No había tiempo que perder, así que a por el agua.

Las piernas iban bien, no había mucha fatiga y la cabeza se iba llenando de fotografías impresionantes que de no estar ahí, nunca las podría haber degustado. Comenzamos una zona de bajada, con cuidado, hasta llegar a una nueva zona de pistas.
Poco duraría, porque rápidamente de nuevo, una bandera roja junto a un voluntario de carrera nos desviaría a un camino (¿ era camino ?) con el que alcanzaríamos una cima para llegar a otra y con ésta a la mitad de carrera. Ahí estaba el avituallamiento líquido y sólido. Llegaríamos a Següenco. Y resultó duro llegar.
Entre tragos de agua y gominolas, aprovechando los trozos de melón y naranja, vamos pensando en continuar. Ahora toca una bajada que progresivamente se va haciendo más pronunciada. Llegamos a una zona que, mirando a un lado y a otro lo dejaba claro; ibamos por su arista.

Una vez acabamos de bajar, aún quedaría una última subida rodeando lo que habíamos dejado atrás. Comenzamos a caminar por una nueva pista de tierra y de repente nos adentramos en un nuevo monte bajo árboles. Empiezo a sufrir. Los calambres que aparecen en ambas piernas me obliga a masajearlas mientras subo. Pensando en que quedaban unos 5 km. aún, coronamos la parte más difícil para mí por la aparición de esos calambres. Pero sin duda que los tragos del puré de frutas, que me comí, fueron fundamentales para poder continuar en aceptables condiciones.

Una vez arriba, nos reunimos los tres compañeros de carrera que íbamos y al ritmo que nos daban las piernas tiramos pa´lante como podíamos. Se oían sirenas, algún helicóptero y se olía la meta. A partir de aquí todo fue marcar un ritmo constante, vigilar las piernas y "ordenar" la no aparición de más calambres entre gritos ahogados de autoánimo y viendo a mis amigos y compañeros de carrera hacer lo mismo; CORRER...

Último trago de agua y monte a través, buscando ya el asfalto entramos en Cangas de Onís por la parte alta, zona de la capilla que nos dirigía hasta el centro del pueblo. Entre ánimos y aplausos, por la alfombra roja de la llegada... por fin... LO HABÍAMOS CONSEGUIDO !!!



Después de 3 horas y 28 minutos, 21 kms. y 2.800 m. de desnivel acumulado no había otra opción. Comer y beber en el último avituallamiento. El de la meta, donde pudimos "relajar" las piernas en piscinas de agua y hielo.

Más tarde el cuádricep de la pierna derecha aún saltaría a modo de espasmos nerviosos, pero poca importancia tendría ya... habíamos atravesado la línea de meta y tenía cara de idiota...
 

2 comentarios:

  1. Felicidades campeón!!!! El año que viene la entera.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracies Marcos, creo que ya está en mente. Enhorabuena a tí mákina !!!

      Eliminar