Me levantaba contento y con ganas la mañana del sábado 3 de septiembre de 2012. Me
iba a calzar “les madreñes acolchaes” por primera vez en carrera este año.
Desde unas vistas privilegiadas y en unas instalaciones
envidiables se iba a dar la salida y llegada de la X Carrera de montaña Monte
Naranco. El Centro Asturiano de Oviedo organizaba una vez más esta bonita
carrera, ideal para iniciarse en la montaña, bien asistidos por los voluntarios
y avituallados a mitad de carrera y al final con regalo de camiseta y bolsa de
corredor con líquidos y sólidos salados y dulces (de lujo). Por si fuera poco,
durante la espicha (que había al final de carrera) para todos los corredores,
se sortearían regalos. ¿Quién da más?. Inscripción gratuita…
En lo relativo a la carrera, se daba la salida a las 11 de
la mañana y después de una vuelta por el Centro, tomamos camino a la derecha
del mismo
para adentrarnos bajo los árboles y empezar a subir por el monte.
La
subida era estrecha y dura, así que, todos en fila caminando y a veces trotando
tiramos pa´rriba. A los pocos km. ya estábamos al lado del cristo. Giramos a la
izquierda para pasar por donde las antenas y descender por una pista. Volvemos a girar y nos
encontramos una bajada importante y técnica por la estrechez de la misma, su
sinuosidad y a ratos empedrada. Llevaba
unos 28 minutos de carrera y parecía que era la bajada al centro para llegar a
meta, pero no. Ya me parecía raro llegar tan pronto (eran aproximadamente 10
km. de carrera).
Cuando el terreno me lo permitía, intentaba mirar el
pulsómetro y me veía subiendo a 171-174 ppm y bajando a 165 ppm. Me veía bien y
cada vez más a gusto en carrera. Bajamos por otra pista. Giramos y tomamos más
senderos estrechos de piedra. Volvemos a subir y volvemos a bajar, y así todo
el tiempo. Siempre acompañado de corredores. Corriendo, caminando,… ,
disfrutando a tope. En la última técnica bajada, a la sombra de los árboles (que por
cierto, la dura hoja del carrasco araña la cabeza si no te agachas), no daba tiempo a más que a mirar unos pasos por delante de mis pisadas
para no irme al suelo.
Así llego a meta y sin apretar el ritmo, como suele ser
habitual en las carreras de asfalto. Estaba disfrutando de mi llegada después
del “paseo” por el monte.
Entraba así en meta después de Carmen, la primera
veterana en la clasificación y la cuarta mujer en pasar la línea de meta, a la
que conocí después. Habíamos hecho casi toda la carrera juntos (unas veces ella
delante y otras detrás, pero vaya qué buena bajada hizo).
El tiempo fue de 1 hora y 3 minutos para unos 10 km.
aproximadamente. Buenísimo ambiente y sólo me queda agradecer a la organización
por la estupenda carrera y a los fotógraf@s por su trabajo y ánimos.
Apuntada en la agenda para repetir
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