Sábado 31 de agosto de 2013
Crónica de la Carrera de montaña. Monte Naranco. Oviedo (10 km.)
La intención era seguir acoplándome al monte, a las cuestas,
al correr-caminar, a las bajadas…, a sentir las piernas duras por el esfuerzo
de la montaña.
La carrera la conocía del año pasado y es un poco más
técnica que la del pasado sábado en Llanera (picu Santufirme). Quería disfrutar
(como siempre) y mejorar el crono del año anterior. Lo primero lo conseguí, lo
segundo no
En la salida estábamos los 209 participantes, 25 de ellos
mujeres (record en ambos registros). Suena el “volador” y a correr. Los
primeros metros de carrera son alrededor del Centro Asturiano ya con algunas
subidas y bajadas por asfalto y hormigón. Corremos en pelotón entre comentarios
y alguna risa. Una vez salimos del Centro, girar a la derecha y a los pocos
metros, entre ánimos de algunos asistentes, ya nos desvían a la izquierda para
entrar en el monte. Ahí el pelotón se enfila, uno detrás de otro y pocos
adelantamientos. El camino es estrecho, de tierra y raíces de los árboles que
nos atechan. Como había salido un poco atrás, intento recuperar posiciones en
los escasísimos sitios por donde se puede adelantar. Además, subiendo
caminando, es más difícil. Será sobre el km. 2 cuando llegamos arriba, en la
zona del Cristo del Naranco. Giro a la izquierda y vamos dirección a las
antenas por una zona de monte igual que la subida anterior pero más llana. A
partir del km. 3 aprox. Iniciamos una, considerable, bajada por camino de
tierra. Las piernas me iban. Voy bien, me siento fuerte y bajo siguiendo unos
corredores con intención de adelantarlos, pero la estrechez me lo impide.
Llega el km. 4 y entramos en una zona más abierta por pistas
de tierra y alguna zona de hormigón. Llaneamos y bajamos por la cara opuesta a
la que subimos, viendo Llanera al fondo. Al final de la bajada de nuevo
entramos en zona de monte. Y llegan de nuevo las cuestas. Y se acabó Carlinos.
Ahí me doy cuenta que llevo una especie de limitador de velocidad que no me
deja ir como me gustaría. Hasta ahí me sentía fuerte, ligero y hábil en el
medio, pero no tenía más dentro. No me queda más remedio que sufrir a un ritmo
inferior al que llevaba en las zonas más “cómodas”,
y caminando más de lo
previsto y sin apretar en la bajada técnica del final, por un sendero estrecho
de tierra y piedras con raíces de árboles que nuevamente nos protegían del sol
que miraba desde lo alto.
Al final, entrada en el Centro Asturiano con ánimos de los
asistentes y mirando el reloj. El tiempo se iba a parar en 1:03 min., el mismo
que el año pasado. Ni más ni menos… ni mejor ni peor… No sé, puede haber
algunas explicaciones, pero cada uno da pa lo que da. Sin más.
La próxima semana tengo la carrera de la Campa Torres en
Gijón. No sé cómo la afrontaré. En Llanera me encontré muy bien y hoy …
En la siguiente a ver qué toca…
Gracias a la organización por ésta magnífica carrera, a la
que hay que volver y a l@s fotógraf@s. Ell@s también corren.
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