Domingo 11 de mayo de 2014
Mientras
recogíamos los dorsales, antes de tomar el café, llegaba una persona de la organización
hablando de niebla y cambio de recorrido. Las orejas se afilaron y los ojos se
agrandaron. “Tenemos balizas cada 10 m. y no se ven. Arriba está despejado,
pero tenemos que cambiar el recorrido, porque la bajada así es peligrosa”- dijo
… … …
Preparados
en la línea de salida de La Vega (Riosa): 5, 4, 3, 2, 1… Vamooooos !!!
Los dos
primeros kms. eran de asfalto. Los, aprox., 170 corredores vamos agrupados,
corriendo y siempre en subida, ganando altura, hasta que en una curva a la
derecha, dejando un pequeño pueblo, una pista de hormigón nos da paso a un sendero.
Otros dos kms. por pista de tierra trotando – caminando. De repente nos
encontramos con una fuerte subida, ya de monte, y la niebla, que nos impedía
calcular lo que quedaba o la altura que íbamos ganando.
(Así era foto unos días antes )
Brazos
sobre las piernas y caminando con el cuerpo inclinado, fijándose en las marcas
naranjas que indicaban en recorrido y pa´rriba. Poco antes de cumplirse la
primera hora de carrera nos cruzamos con un voluntario que nos indica que
pronto saldremos de la niebla.
Así pues,
y con ello, boquiabiertos nos encontramos, en mitad de la sierra del Aramo.
Empezamos
a trotar por una zona más amable, viendo neveros (aún acumulados del invierno)
y vamos llegando al primer pico, el Barriscalín (1680 m.) donde veo al
voluntario que nos decía lo de la niebla en la recogida de dorsales. Aún tenía
tiempo de sacar fotos
Coronamos
y empezamos a bajar para, en aprox. 1 km. volver a subir. Esta vez al segundo
pico: el Barriscal (1735 m.). Desde abajo, la hilera de corredores que lo acariciaban
era un espectáculo.
Y arriba, pues…, en fin…
A la
izquierda el Gamoniteiro y a la derecha el Gamonal. Abajo está en Angliru (me decía un compañero
de carrera).
Tratando
de grabar en la retina lo que estaba, comienzo una bajada un poco más seria por
la pendiente y por las rocas y piedras sueltas. Dos caídas vi delante de mí
(sin consecuencia alguna).
Las
piernas iban aguantando muy bien, el sol calentaba lo justo y podía correr
hasta llegar al Angliru (1570 m.).
Así fue, y en el aparcamiento de la mítica
cima, justo debajo del Gamonal nos avituallamos de líquido, conguitos,
plátanos, etc…
Estábamos
en el km. 14 y ahora quedaba lo peor. El cambio de recorrido hizo que bajásemos
por la mítica carretera (conocida por la etapa de la Vuelta Ciclista a España).
Las piernas se iban cargando de asfalto y crecían la ganas de ver a alguien que
nos desviase al monte. No fue hasta pasados unos 4 kms. Cogíamos la pista de tierra
por la que habíamos empezado a subir y más tarde los 2 km. de carretera inicial
hasta llegar a la meta.
El
estado de ánimo: Satisfecho y muy contento por haber compartido carrera con un
amigo: Pablo
Pensaba
en el exceso de asfalto en la parte final de la carrera, pero al día siguiente
sólo veía imágenes de las cimas, colores verde y gris de hierba y rocas, blanco
y azul de nieve y cielo…
Qué
suerte poder haber corrido ésta carrera.
Sólo
me queda dar las gracias a los fotógrafos y a la organización por un magnífico
trabajo de marcaje del recorrido y voluntarios en los sitios clave, y por haber dado rápida respuesta con un recorrido alternativo anteponiendo la seguridad de los corredores.
Así que…
nos vemos en las carreras
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